duelo

Duelo y Pérdida

El duelo es el proceso de adaptación que tiene lugar tras la muerte de un ser querido. Muchas veces los pacientes nos preguntan cómo pueden quitarse el dolor que ocasiona el duelo, la verdad, es que, es imposible no sentir dolor ante esta situación. Además, viene acompañado de confusión.

El duelo es el proceso que nos ayudará a afrontar la nueva situación y recobrar el equilibrio en nuestras vidas. Lo podemos definir como el período de transición que necesitamos y que nos permite recogernos en nosotros mismos para asimilar la nueva realidad.

Cuando perdemos a alguien que queremos nuestra primera sensación es que no podremos sopórtalo. Sentir esto es totalmente normal. Pero las personas estamos capacitadas para afrontar la muerte de nuestros allegados. Es algo que los psicólogos comprobamos una y otra vez en terapia.

La persona que venía el primer día a su cita totalmente rota por haber perdido a alguien, va recuperando poco a poco el bienestar y el equilibrio. Eso sí, con la ayuda y recursos adecuados.

El duelo en una ruptura de pareja

Como seres humanos estamos preparados para vincularnos con los demás desde que nacemos. Si hablamos de vínculos con otras personas, la pareja es, sin duda, uno de los vínculos más importantes que construimos en nuestras vidas.

Por ello, una separación o ruptura de pareja es un acontecimiento muy estresante y complejo emocionalmente hablando. Y es que una separación o divorcio supone la pérdida de una persona por la que habíamos apostado y de
un proyecto común que también perdemos.

Para manejar estas emociones tan intensas, pasamos por un duelo. Al igual que ocurre cuando perdemos a un ser querido (aunque tiene algunas características diferentes), es importante reconocer este duelo, comprenderlo y
comprendernos y aprender a digerir todas las emociones que se despiertan.

Es de suma importancia que respetemos nuestro propio ritmo. Muchas veces nuestro entorno nos insta a que salgamos y nos animemos demasiado pronto. Pero, lo cierto es que es muy importante respetar nuestro propio ritmo de recuperación. Además, la persona vive un proceso de duelo que, como tal, puede verse complicado dependiendo de las circunstancias que rodeen a la ruptura.

Emociones y sentimientos durante el duelo

Los primeros momentos suelen ser los más caóticos, aparecen una serie de emociones entre las que son habituales la tristeza, rabia, culpa e impotencia. También nos solemos sentir confusos. Lo más habitual es que en estos primeros momentos pongamos en marcha una serie de mecanismos y actos de despedida o cierre que nos permitan ordenar todas estas emociones y facilitan el paso de la angustia a la pena.

Es importante que nos demos permiso para expresar lo que sentimos y que seamos compasivos con nosotros mismos. No hay sentimientos correctos o incorrectos en estos momentos. A medida que el duelo avanza, lo normal es que vayamos sintiéndonos mejor y que esa tristeza y dolor empiecen a mezclarse con momentos de bienestar o distracción. De manera, que poco a poco, podremos ir retomando nuestra vida.

En la mayoría de los duelos las personas suelen recuperarse sin necesidad de ayuda profesional. Sin embargo, dependiendo de cada situación y persona, podemos llegar a necesitar ayuda profesional. Que alguien necesite ayuda no significa que sea más débil o que esté haciendo algo mal, sino que tiene o ha tenido circunstancias distintas y que, por ello, necesitará más ayuda.

Fases del duelo

Durante el duelo aparecen una serie de fases, que hacen referencia al estado psicológico en el que se encuentra la persona en cada momento. Es necesario tener en cuenta que no es necesario pasar por todas las fases, ni en este orden.

1. Negación: En esta etapa se tiende a pensar que no está sucediendo, que no es real. Esta fase resulta de mucha utilidad porque es una especie de anestesia cuya función es darnos un tiempo para asimilar lo sucedido.
2. Ira: Aparecen sentimientos de injusticia, de frustración ante el hecho de no poder hacer nada. También solemos buscar culpables a lo ocurrido.
3. Negociación: Las ideas principales en esta etapa tratan sobre lo que se podría haber hecho y no se hizo, generando sentimientos de culpabilidad. Poco a poco la persona va viendo que las cosas son como son y no pueden cambiar y va adaptándose a pequeñas cosas de la vida cotidiana.
4. Tristeza: En esta etapa la persona se sume en una profunda desesperanza y sentimiento de vacío ante la pérdida. Ahora ya la pérdida es patente y, al no poder ya negarla o negociarla, debemos enfrentarnos a ella.
5. Aceptación: La persona se encuentra en paz y asimila y asume los acontecimientos. La tristeza sigue estando presente, pero en este momento la persona es consciente de que tiene que seguir adelante.

Afrontamiento de duelo en niños

Es difícil hablar a los niños de la muerte. Pero, no podemos descuidar como los niños viven el duelo. La tristeza en los niños suele manifestarse de manera distinta a los adultos, pero, eso no significa que no vivan con tristeza determinados eventos negativos de la vida.

Los niños suelen expresar su tristeza, además de con llanto, con quejas somáticas o con problemas de conducta.
Los duelos más frecuentes que viven los niños suelen ser la separación de los padres o la pérdida de alguna persona cercana. Es importante saber cómo afrontar adecuadamente el duelo en niños.

Generalmente, se les ha separado de los ritos y de la tristeza de los adultos, con la intención de que no sufran. Sin embargo, a nivel emocional no es lo más adecuado. Por ello, muchas veces es necesario que los profesionales de la psicología acompañemos a los niños en sus duelos.

Cuándo es necesaria la terapia de duelo

De forma general, podemos decir que la persona necesita ayuda cuando el dolor por una pérdida dura demasiado tiempo y cuando el proceso del duelo se atasca y la persona no avanza a través de las distintas fases. También podemos decir que si los síntomas habituales del duelo se manifiestan de forma rígida e intensa de manera que impiden a la persona continuar con su vida, podemos estar ante un duelo que requiere de ayuda profesional.

Un ejemplo de un duelo que se está complicando y que vemos frecuentemente en terapia ocurre cuando la
persona siente excesiva culpa y que está traicionando a la persona fallecida si continua con su vida. Otros ejemplos serían estar en la negación todo el tiempo o anclarse en la rabia.

Tratamiento

La terapia de duelo es única para cada persona, ya que cada cual tiene sus circunstancias y vivencias únicas. Sobre todo, buscaremos la aceptación del dolor que es lo que más suele costarnos, ya que, generalmente tratamos de distraernos para evitar el dolor.

La psicóloga se encarga de acompañar a la persona en este duro proceso de manera que el paciente pueda aceptar, integrar y trabajar sus emociones. Algunos de los objetivos de la terapia de duelo suelen ser los siguientes:

  • Pasar por todas las fases del duelo de forma sana.
  • Prevenir que la persona pueda entrar en un estado depresivo.
  • Trabajar las emociones para que fluyan de forma natural.
  • Integrar emocionalmente la pérdida.