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Acoso escolar

Las señales de acoso escolar, no son fáciles de identificar, en numerosas ocasiones, los niños y adolescentes tratan de esconderlas por miedo, por vergüenza o por no querer preocupar a sus padres.

A continuación os dejo algunos indicadores característicos del acoso escolar, pero recuerda que el hecho, que tu hijo cumpla con algunos de ellos, no significa necesariamente que esté sufriendo acoso escolar, puede haber alguna otra situación que explique cambios en el comportamiento de tu hijo.

Dolor . Que un niño no quiera ir al colegio, puede indicar que algo va mal. Es importante prestar atención a las continuas evasivas para quedarse en casa. Suele ser frecuente el dolor o la llamada del cole para recogerlos porque se encuentran mal.

Descenso en el rendimiento académico. Los altos niveles de ansiedad a los que se ven sometidos los niños, pueden interferir en la atención y concentración en el aula, por lo que las calificaciones se verán afectadas.

Abandono del deporte y las actividades extraescolares. Que el niño ya no disfrute con el deporte o la actividad que soñaba y comience a decir que ya no quiere ir, es un indicador importante. Es importante prestar atención al tiempo que pasan en casa, en lugar de salir con amigos.

Golpes o heridas difíciles de explicar. Aunque es algo habitual en el recreo, hay que preguntarles y si no recuerdan cómo se lo hicieron, cambian la versión de lo ocurrido y algo no te cuadra, no lo dejes pasar, pude ser una señal de advertencia.

Dificultad para dormir. Los niños que sufren acoso escolar, suelen tener problemas para conciliar el sueño. Igualmente, las pesadillas y dificultades para levantarse por la mañana también pueden ser importantes indicadores.

Secuelas

El daño psicológico que presenta un niño acosado tiene que ser evaluado cuanto antes. Es importante saber que estos daños, suelen aparecer de manera gradual y no de forma inmediata.

Cuando el acoso se repite a lo largo del tiempo y no se detiene, se desencadena en el niño/a la indefensión aprendida, que es, cuando creen que no pueden hacer nada para salir de dicha situación.

El niño establecerá una imagen negativa de sí mismo, afectando a su autoestima y autoconcepto. Si el acoso se mantiene en el tiempo, el niño se acabará transformando en alguien retraído, mal estudiante, una persona frágil y vulnerable.

El Estrés Postraumático Infantil (TEPT) es el cuadro más habitual entre estos niños.

Los niños desarrollan emociones de miedo e inquietud recurrente e inespecífica, pensando que algo terrible les va a ocurrir.

Provoca hipervigilancia.

Están en alerta permanente.

Alteraciones conductuales (reacciones de pánico, ataques de rabia, miedo a ir al colegio…).

Agresividad con la familia (proyectan su frustración e indefensión en casa).

Tratamiento

Nuestro objetivo es conseguir, el cese del acoso por parte del agresor o grupo de agresores y para ello debemos contar con la colaboración del colegio. Y, es que, para que haya una recuperación es necesario el cese de la violencia.

Al mismo tiempo, comenzaremos el trabajo psicológico, de las posibles secuelas, incidiendo en los siguientes aspectos (aunque siempre dependerá de cada caso particular):

  • Potenciar las habilidades sociales
  • Favorecer el desarrollo de la autoestima del niño/adolescente.
  • Entrenar en la obtención de nuevas habilidades para protegerse de futuras agresiones.
  • Y por último, el papel de los familiares, por ello, apoyamos a la familia para favorecer la integración social, emocional y escolar de su hijo.